Escribió Vitruvio:
"También Pitágoras y los pitagóricos mantuvieron esta opinión. Les pareció bien escribir sus teorías y sus reglas en unos volúmenes de estructura cúbica "cybicis rationibus": fijaron el cubo como el conjunto de 216 versos, donde cada norma no sobrepasase tres versos." (12)
De acuerdo con el dibujo del Orbis Terrarum, el decumanus trazado por Agrippa, el “Callis Ianus” desde oriente a occidente, posee una modulación de 216 "versos" de exacta proporción.
Y de ellos los 63 últimos son los referidos al último tramo que va desde el Cap de Creus hasta Finisterre. Los presentados en el “Tablero de la Oca”.
Decumanus debe su nombre, según algunos tratadistas antiguos, a la contracción de duodecimanus, la línea de las doce horas entre la salida y la puesta del sol, es decir de Este a Oeste. Dividamos pues el decumanus dibujado por Agrippa en el mapa del “Orbis Terrarum” en doce partes iguales, y cada una de estas en dos. Tendremos así veinticuatro módulos iguales desde Oriente hasta Occidente.
La distancia existente en el mapa desde Finisterre hasta Roma es de doce módulos de esta proporción y el trazado de la ruta en la península es de siete módulos de estos doce, siete de los veinticuatro totales que tiene todo el decumanus.
Estos a su vez, y de acuerdo con lo estipulado por Vitruvio y las reglas de la caminería romana se subdividen en etapas múltiples del número tres y con una distancia aproximada a 15 millas. Lo que hace un total de 7 x 9 = 63 etapas peninsulares.
Esta "symmetría" o módulo del camino puede “leerse” en la posición que ocupan las ocas en las casillas del Tablero, etapas que siguen un criterio según lo establecido en las reglas de la caminería romana.
Cada etapa recibía en la antigüedad el nombre de "mutatio", la parada o establecimiento existente en las vías romana para descansar y dar servicio a los animales que se utilizan como transporte. Las “mutationes” era el lugar para cambiar de caballos y tomar otros de refresco, así como para efectuar las reparaciones necesarias en el vehículo. Estaban localizadas cada 12-18 millas, siendo la distancia de 15 millas su distancia óptima ( 22,2 Km.). En estos pequeños complejos, el conductor podía adquirir los servicios para ajustar las ruedas, el carro, conseguir las medicinas o un veterinario para sus animales, dar descanso y avituallamiento, o para el cambio de caballerías. (13)
En el caso del "Callis Ianus" estas “mutationes” tenían unas características distintas a una vía ordinaria, ya que el carácter peregrino y religioso del trayecto obligaba a unas atenciones específicas.
En los trayectos de la vía romanas existían unas paradas de mayor rango por cada cuatro o cinco “mutationes” llamadas "mansio", que proviene del latín mansus, forma verbal derivada de manere (que significa "lugar donde pasar la noche durante un viaje"). Una parada oficial en una calzada romana, mantenida por el gobierno central para el uso de oficiales y hombres de negocios a lo largo de sus viajes por el imperio. A lo largo del tiempo fueron adaptadas para acomodar a viajeros de toda condición, incluso al emperador. Las mansiones estaban bajo la gerencia y supervisión de un oficial denominado mansionarius. (14)
En el caso del "Callis Ianus" estas "mansio" de carácter religioso e iniciatico eran lugares dedicados a Cibeles y sus ocas eran el símbolo más reconocido desde mucho antes de llegar a ellas. Los cantos de las ocas que existían en las “mansio” eran la mejor guía para los peregrinos del camino. De canto en canto de las ocas de Cibeles el peregrino podía realizar el camino. "De Oca en Oca y tiro ...."
Son las casillas del Tablero que poseen una oca representada, cumpliendo la regla de cuatro o cinco “mutationes” intermedias por cada "mansio".
Aunque a simple vista todas las “mansiones” de las ocas tienen un mismo valor, los números de las casillas donde se encuentran determinan una serie que analizada nos muestra los postulados pitagóricos descritos por Vitruvio.
Esta serie es:
1-5-9-14-18-23-27-32-36-41-45-50-54-59-63
que también puede leerse:
1-5-9
9-14-18
18-23-27
27-32-36
36-41-45
45-50-54
54-59-63
Y cada una de ellas:
9-10-11-12-13-14-15-16-17-18
Donde las “mansiones” múltiples de nueve son lugares de mas importancia frente a las “mansiones” intermedias colocadas en el centro del trayecto entre dos principales.
En “El Tablero de la Oca”, trayecto recorrido por el nuevo Eneas (nueve), el número nueve es número de medida.
El Tablero posee un módulo a partir del cual se articula el cuerpo del camino, estableciendo una proporción de cada una de las partes y respecto a la totalidad del conjunto.
El Tablero guarda, en su estructura el eco de quienes al construir el cuerpo del "Orbis Terrarum" ordenaron las partes del territorio europeo, con el fin de que por separado y en su conjunto resultaran armónicas, sobre la base de su proporción y simetría. El Tablero refeleja el proyecto del Camino hasta el "Fin del Mundo" que fue trazado con escuadra y compás.
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